sábado, marzo 21, 2015

ALGUNAS IDEAS Y/O IMAGENES SOBRE ARGENTINA SUPERPOTENCIA


Argentina Superpotencia es un dialogo, una conversación entre amigos buscando una historia para niños de 8 a 80 años, como cocinarla, que ingredientes usar, como mezclarlos. Juancho Giménez desde ese pequeño pueblo cerca de la cordillera, que se llama “Los Antiguos” (el cual es un lindo titulo para algún cuento o para llamarnos a nosotros mismos) interpretando con sus dibujos lo que yo escribía desde Buenos Aires. Al fin y al cavo toda creación es parte de un dialogo, una relación, una inmensa charla, no solo con los que participan en el proyecto si no con todo lo que nos rodea y que también nos crea.

El territorio de estas páginas es un lugar de comunidad, de objetos que rodean nuestra vida cotidiana, del ingenio de la pobreza (aprender a ser pobre, encontrar el rebusque, encontrarle la vuelta) & obvio el pop está omnipresente, cual banda sonora: la cultura de masas, los ídolos, el santoral de los grasas, Andy Warhol, la película la guerra de las galaxias.

Pasan sombras: Macedonio Fernández, pensador de Buenos Aires y de lo impensado; Xul Solar, astrologo, inventor de idiomas y juegos; Paul Lafargue, cuñado de Carlos Marx y su ensayo “El derecho a la pereza” y muchos magos que mejoran el paisaje donde el desierto avanza.

La historia principal es un grupo de laburantes, encabezados por el Capital Anónimo y su fiel Sargento Peralta (un perro AGA: Animal Genéticamente Adaptado, gracias a lo cual tiene inteligencia y sentimientos humanos). Ellos llevan un cargamento de comida, a través del universo, en su nave intergaláctica llamada “Diego Armando Maradona” de una flota comercial en el año 2300. Es gente que no aspira a la perfección, dados a ley del menor esfuerzo y bastante ociosos, por no decir vagos; viven en un infinito mar de estrellas, donde lo importante es vivir bien, pasarlo bomba, lo mejor posible, chiche bombón, un kilo y dos pancitos. Si por allí a alguien se le ocurre ser mas dedicado, por ejemplo al Sargento Peralta: ningún problema, es un mundo con muchos mundos; pero todavía en ese futuro cuasi perfecto no puede evitar tener enemigos, ya que aparece gente para la cual, vivir es molestar o son cultores de la raza agria. Los villanos de turno son: El consejo Newton y sus 21 sabios, los amantes de lo perfecto, que nos dirigirán hacia el paraíso, obvio, antes: fusilamientos masivos. Esta gente son los amantes de lo perfecto, y con la escusa del orden muy inclinados a dar órdenes.

Marc Auge dice que en los medios de comunicación existe una guerra de imaginarios, o de sueños y ese sea un buen punto de partida, un buen cristal por donde mirar el contenido del comic.

Andan por allí señales, cual miguitas de pan: El Tomi: Polenta con pajaritos. Enrique Breccia: El sueñero. Carlos Trillo y Juan Giménez: Basura. Juan Sasturain y Alberto Breccia: Perramus. Los guiones de Neil Gaiman y las increíbles tapas de David McKean de Sandman y de Muerte. Héctor Germán Oesterheld: Mort Cinder, Sherlock Time y claro el abanderado de los humildes: El eternauta.

La aventura no termina, el dialogo no termina, cuando uno concluye de escribir, dibujar o publicar, allí recién comienza la historia mas misteriosa: cuando ustedes empiezan a leer la historieta y la reinterpretan; para luego cuando finalizan de leerla la empiezan a recordarla, a repensarla, a charlar con ese librito y a volver a armar ese cuento que es Argentina Superpotencia. Ni siquiera termina cuando les digo buenas noches y muchas gracias por venir a esta presentación.

INFORME SOBRE UN DANDY

Leyendo y releyendo, a lo largo de los años, a Wilde, noto un hecho que sus panegiristas no parecen haber sospechado siquiera : el hecho comprobable y elemental de que Wilde, casi siempre, tiene razon.
J.L.Borges. Otras Inquisiciones.


Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín y estudió en el Trinity College de esa ciudad le tocó en (mala) suerte vivir durante el reinado de la Reina Victoria (1837-1902). Hijo de Sir William Wilde, científico, padre de la otología moderna y de Lady Francesca Jane Elgee, quien escribía bajo el seudónimo de Speranza sus artículos políticos y poesías en las que exaltaba al pueblo irlandés; nacionalista y feminista, ella fue miembro del Renacimiento Literario del 48 junto a figuras como William Butler Yeats, Lady Gregory y John Millington Singe.




Oscar Wilde estudió en el Trinity College de Dublín, donde fue premiado por sus conocimientos del griego clásico. Más tarde, siendo estudiante de la Universidad de Oxford, destacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878, y convirtió el estilo bohemio de su juventud en una filosofía de vida. En Oxford, recogió la influencia de innovadores estéticos como los escritores Walter Pater y John Ruskin. De carácter original, el joven Wilde llevaba el pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo. Su habitación estaba repleta de objetos de arte, girasoles, plumas de pavo real y porcelanas de china. Sus actitudes y modales fueron repetidamente ridiculizados en la publicación satírica Punch y en la ópera cómica de Gilbert y Sullivan Paciencia. A pesar de ello, su ingenio y su talento le hicieron ganar innumerables admiradores.



Su primer libro fue Poemas (1881), y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas (1882), se representó por primera vez en Nueva York, ciudad en la que se encontraba por entonces, de paso en una larga gira de conferencias por los Estados Unidos. Tras ella, se estableció en Londres y, en 1884, se casó con una mujer irlandesa muy rica, Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos, Cyrill y Vyvyan.



Dirigió The Woman's World, revista de marcada tendencia feminista, y dio a la imprenta un texto en abierta defensa del socialismo The Soul of Man under Socialism. Entre sus primeras obras se cuentan dos colecciones de historias fantásticas, escritas para sus hijos, El príncipe feliz (1888) y La casa de las granadas (1892), y un conjunto de cuentos breves, El crimen de lord Arthur Saville (1891). Su única novela, El retrato de Dorian Gray (1891), es una melodramática historia de decadencia moral, que destaca por su brillante estilo epigramático. Las obras teatrales más personales e interesantes de Wilde fueron las cuatro comedias El abanico de lady Windermere (1892), Una mujer sin importancia (1893), Un marido ideal (1895) y La importancia de llamarse Ernesto (1895), caracterizadas por unos argumentos hábilmente entretejidos y por sus ingeniosos diálogos. En contraste con sus comedias, Salomé es una obra teatral seria acerca de la pasión obsesiva. Originalmente escrita en francés, la estrenó en París en 1894 la reconocida actriz Sarah Bernhardt. Posteriormente, el compositor alemán Richard Strauss compuso una ópera homónima basada en ella y el artista Aubrey Beardsley la ilustró.



Su lucha contra la era victoriana está planteada en términos estéticos "Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve"... "Podemos perdonar a un hombre por haber hecho una cosa útil siempre que no la admire. La única disculpa que tiene el hacer una cosa inútil es que uno la admire intensamente. Todo arte es completamente inútil". Se atreve a defender, en una sociedad que se enorgullece de producir objetos útiles, al arte por el arte mismo, a la belleza como un valor en sí misma. En su ensayo La Decadencia de la mentira decía: "Las únicas cosas bellas son las que no tienen nada que ver con nosotros... Todo lo que es útil o necesario, todo lo que nos afecta en algo, dolor o placer, todo lo que se dirige a nuestra simpatía, o posee una importancia vital en el ambiente en que vivimos está fuera del dominio del arte".



Se hicieron muy conocidas sus paradojas en forma de refrán inverso, algunas de las cuales han llegado a hacerse muy famosas: “Experiencia es el nombre que cada uno da a sus propios errores” o “Un cínico es una persona que conoce el precio de todo y el valor de nada”.



En 1895, en la cima de su carrera, -tres de sus obras de teatro se representaban en Londres al mismo tiempo-se convirtió en la figura central del más sonado proceso judicial del siglo, que consiguió escandalizar a toda la moralina de la clase media de la Inglaterra victoriana. Poco despues de cumplir cuarenta años, cuando se hallaba en la cúspide del éxito, la fortuna abandonó a Oscar Wilde de manera trágica e irreparable: en 1895, el Marqués de Queensberry, padre de lord Alfred Douglas, con quien mantenía una relación, inició contra el escritor un proceso por ultraje a la moral, se le declaró culpable en el juicio, y, condenado a dos años de trabajos forzados, primero en la prision de Wandsworth y luego en Reading. Al concluir la condena pasó el resto de su vida en París, bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth donde es bautizado en la fe católica en 1900. Murió de meningitis sumido en la más absoluta pobreza, tras dos dias de agonia, el 30 de noviembre del mismo año, en el Hotel d’Alsace, 13 rue des Beaux Arts.



En la cárcel, Wilde escribió De profundis (1895) y al salir de ella La balada de la cárcel de Reading (1898), la que firma con su número de celda C.3.3., influenciado por la historia de un preso condenado a muerte.



Un escritor dijo que en un principio existio un mundo distinto para cada hombre, y que es en ese mundo, que está escondido dentro de nosotros mismos, donde deberíamos intentar vivir. Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde, vivio ese mundo, personal e individual.