Enrique Badessich siempre fue inquieto (es decir no puede estarse quieto y pone nerviosas a la gente quieta). Su primer laburo fue en la Compañía de Telegrafistas y se decía que invento algunos instrumentos de guerra. La gente del palo, sospecha que el principal invento fue fumarlos en pipa a los milicos. Sus conocimientos en telegrafía le permitieron conocer desde Formosa hasta las Islas Orcadas del Sur. En estos viajes dejo un tendal de corazones rotos, que luego describió en textos como “Las Pretensiones Amorosas” y “El Ósculo del Crepúsculo” que se pueden ubicar en la batea de literatura erótica y la gente como uno nombra de vanguardia, donde deja en claro su homosexualidad, por lo cual, cuando la gilada nombre la palabra “decoro”, durante el transcurrir de esta pequeña historia, sabremos que pertenecen a ese grupo de personas que tanto le gusta meterse en la vida de las personas que no se ajustan al código de turno, es decir: “buches”, insufribles otarios & personas que odian demasiado y cuyo lema de vida es “vivir es molestar”.
En el verano de 1922 la Unión Cívica Radical, por no estar garantizada la transparencia de la elección, decidía no presentar candidatos para gobernador ni para la renovación de la Legislatura provincial. Con apenas 26 años Badessich, funda el Partido Bromosódico Independiente, que lo postulaba como diputado para las elecciones del 26 de marzo. La revista “Caras y Caretas” nos cuenta: “Badessich hizo una campaña de varios meses y eficaz. No pegó carteles, pero dio 300 conferencias (...) y para que nadie lo olvidara, se vistió de papel, queriendo demostrar que el hábito no hace al monje y que un hombre fuerte debe ignorar el ridículo”.
Como se suponía, votaron apenas 6761 de los 31.485 habilitados. El 10 de abril, el recuento de la Junta Escrutadora confirmó como ganadores por la mayoría a los conservadores, por la minoría, el vencedor fue Badessich, quien terminó superando al clerical Manuel Maciel por 716 contra 694. Ni lento ni perezoso, apenas finalizaron de contar el ultimo voto, Badessich se instaló en el edificio de la Legislatura donde pensaba resistir al insoportable gorilaje cordobés, que lo quería encanar para que no asumiera. “Era mi última defensa, porque preso no podía ser electo. La policía estaba en la puerta, pero yo no salí y tuve que comer allí lo que me alcanzaron mis amigos”, explicaría el carismático líder a sus fans.
El diario “La Nación” con ese olfato que lo caracteriza de combatir cualquier cosa libre, piola o canchera, vomitaba: “es un personaje colocado fuera de la razón y de reconocida incapacidad. En nombre de la cultura y el decoro del país no debe asumir”. El diputado, electo por el sabio dedo del pueblo, replico: “¿Dónde pone ella el decoro? ¿En la levita del electo, en las artimañas electorales que la preceden, en la acción histórica del nepotismo? ¿En la tontera absoluta y religiosa? Si eso es el decoro, yo carezco de él. Ninguna de esas taras es la mía. (...) Mis proyectos son los de un hombre común que conoce los problemas de su patria. He sido telegrafista sin hilos en las Islas Orcadas durante tres años, y en Formosa. ¿Quién ha abarcado el país mejor que yo? ¿Qué argentino ha estado más compenetrado del resto del globo? Si los diputados pudiesen oír la música de las ondas hertzianas en las Orcadas, el ruido del mundo desde esa soledad, su juicio variaría.”
Luego de ser desalojado por las fuerzas del orden del despacho que ocupara, Badessich acudió a un homenaje que le organizaron, donde prometió con fina ironía, 716 casas económicas para los que lo habían votado, y para seguir llevando tranquilidad a los ciudadanos decentes, dijo: “Repito una vez más, propugnaré el amor libre, la separación de la Iglesia del Estado, la supresión del Ejército por antisocial y anacrónico, el acortamiento de los hábitos sacerdotales para, con la tela economizada, hacer ropa para los chicos pobres, la eliminación de las esquinas para evitar los choques, la implantación de la República cordobesa con representantes confidenciales ante los países de Europa y América, Argentina incluida. Desde esta tribuna desafío a los cremosos del Club Social y a los demás zánganos de la colmena a que se atrevan a impedir con su policía mi inevitable acceso a una banca”. Entre la concurrencia se encontraban: José Ingenieros: “Sus ideas me han parecido más sensatas y armónicas que la mayoría de los discursos parlamentarios que suelen publicar los diarios de Buenos Aires”, el penalista Eusebio Gómez, Deodoro Roca, redactor del famoso Manifiesto de la Reforma Universitaria, Gregorio Bermann, después creador de la pionera revista Psicoterapia, el economista Guillermo Ahumada y el abogado Arturo Orzábal Quintana.
El 27 de abril, la Comisión de Poderes de la Cámara de Diputados, resolvió que Badessich era “una persona notoriamente incapacitada para desempeñar las funciones de legislador” y rechazó su diploma “por decoro del cuerpo”. Y aquí no ha pasado nada señores, circulen. Don Enrique, enojadísimo, reclamó la intervención de la provincia y advirtió, haciéndose el loquito, que si eso no ocurría, haría “volar por los aires” la Legislatura mediterránea. Días después afirmo, con científica convicción: “Hay que practicar el amor libre. Ciudadanos... si queréis tener una buena mujer, paz, sosiego y tranquilidad en vuestro hogar, no la mandéis a la iglesia. En Córdoba, yo y 199 muchachos hemos puesto en práctica nuestras teorías; y puedo afirmar que, como me llamo Badessich, lo que se llama cuerno no existe”.
¿Que fuerza mágica lo guiaba para ser tan macanudo? Leamos lo que escribió en “Crítica”: “No cerceno mi avanzado y sano idealismo por dinero (...) No milito en ningún partido de la aristocracia, no soy miembro de ninguna asociación reaccionaria, mafiosa, absurda, inhumana ni inquisitorial (...) Yo soy pobre en metálica fortuna, pero soy millonario en libertad”.
Las noticias que tenemos del resto de su vida son bastante interesantes. En 1928 en Santa Fe hizo campaña en favor de un segundo mandato de Yrigoyen, lo que también le ocasionó varias entradas a prisión, ya que esa provincia era uno de los bastiones del radicalismo más conservador. Luego se rajo para Entre Ríos donde siendo director de un diario, fue detenido por una presunta incitación al asesinato del dictador José Félix “Von Pepe” Uriburu. El 15 de octubre de 1945 presento un recurso de “hábeas corpus” en pos del entonces coronel Juan Perón, que estaba en la lona pero a punto de pasar a la historia. El diario Crítica anunció, en tono de burla: " El líder del Partido Bromosódico Independiente pidió la libertad de Perón." Años después fue acusado, por los ortivas de siempre, de estafas y una denuncia por robo, de las que fue ser sobreseído.
En 1961 Badessich murió en Buenos Aires, solo como un perro, sin que nadie reclamara su cuerpo. Es decir no tenemos lugar donde llevarle flores.
Y colorin colorado, la gente de mierda volvió a dormir tranquila.
La mayor parte de los datos esta en: “Todo es Historia” Nº 6. Mayo de 1969. Es decir en la fecha del “Cordobazo” (levantamiento de hombres y mujeres libres de Córdoba contra el dictador Ongania). ¿Casualidades?
1 comentario:
Interesantísimo lo que publicas Lord!!!.Ojalá hubiera tipos asi,tan cerca de la realidad.Crudos eh!!!.Un abrazo.
Mauric10
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