miércoles, febrero 20, 2008

TURA SATANA. Actriz. 1939. Japón. Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes. Su familia emigra a EE.UU. En la Segunda Guerra Mundial paso ella y los suyos un buen tiempo en un campo de concentración. Luego: casada a los 13 años, una violación y la costumbre de convertir a la victima en victimario: prisión, (para ella), el juez interpreta que ella los provoco. Un accidente le deforma la cara, una curación para luego ser una stripper rutilante. Toma camino a Hollywood, donde filma Road Movies de carreteras del infierno y diversión, de dama cruel, desapegada y ambigua. Muchas chicas de hoy posiblemente le deban, mucho mas que el look y la onda, con el cual ensancho el universo moral de las jovenes. Inolvidable en el papel de Varla en Pussycat! Kill ! Kill ! Russ Meyer (1965). Fue lo mejor de lo peor. Dicen que en el final de sus días se arepintio de su vida de pecado, convirtiendose en evangelista. Una lastima.

BIGAS LUNA. Director de cine. Guionista. Barcelonés. Un cine picante en comida (gula), bebida y en sexo (lujuria) como toda buena gente (pecadores), pocas se ve por pantalla grande, bien grande y a todo color. Walter Benjamin -decia- nadie probo una comida hasta haberla sufrido. La escenografía, el vestuario, cuentan historias y personas. La imagen del deseo y pasión escrita, esta vez sí, en el cuerpo. El cuerpo es lo que hay. La política del cuerpo, los sabores del cuerpo, donde lo mas profundo es la piel. Lo popular. Los bajos fondos. Los bajos géneros. Los bajos instintos. ¿Quién dice abajo? Arriba los de abajo.
Las edades de Lulú (1990), Jamón, jamón(1992), Huevos de oro (1993), La teta y la luna (1994)

KEN LOACH. Ingles. Director de cine. Balzac, Stendhal, Zola, la comedia y la tragedia humana llevada a imágenes. La critica del capitalismo y del imperialismo, donde lo mas barato es la vida, donde la gente importa nada o poco o pocos importan: los importantes de siempre. La ficción como documental, el documental como ficción. La vida enriquecida con el compromiso, la empatía y la visibilidad del otro, la visibilidad del anónimo. Las pequeñas historias, que pintan la historia. La esperanza pero no la idealización, no el final feliz y conformista, no la moralización pastoral. El discreto encanto de los no encantados.
Nunca olvido a los olvidados: Kes (1969), Riff Raff (1990). My Name Is Joe (1998), The Wind That Shakes the Barley (2006).

martes, febrero 05, 2008

Desperté en un día azul y claro y silencioso y tenia la ropa puesta y todo apestaba a mar, a humedad, a sal. Acostado, en el colchón tirado en el piso del living, me pare y me puse las botas de goma amarillas que estaban cerca. Mire por la ventana rota, el camino estaba embarrado, por la noche había llovido, y yo ni cuenta. Fui al baño me moje la cabeza, la cara y me mire el rostro en el espejo y desvíe la mirada del tipo que me miraba desde adentro del vidrio.
Me cambie de ropa y salí a caminar por el bosques rumbo al mar, hacia el bar del faro. Necesidad de cigarrillos y alcohol. En el camino me encuentro con mi amigo, el perro, le puse de nombre Mustafa, me acompaña, me detengo, cada tanto, a miralo, el tambien me mira. ¿Que vera? Tiene una mirada tranquila, que tranquiliza. Nos sentimos comodos. Juntos y solitarios.

Con las manos dentro de los bolsillos de la campera, me preguntaba sobre los muertos, pudriéndose en cementerios, siendo comidos por insectos y gusanos y apestando, viviendo dentro nuestro. Una persona muerta: solo preguntas sin respuestas, un vacío que nos acerca al vacío, a la nada. Miro los arboles y la luz que atraviesa sus hojas, los pájaros, el viento, sera quizás efecto de la ketamina, de la noche pasada, perfume a pastito mojado. Recuerdo la piel y la cabellera de una mujer muerta, el recuerdo de un cuerpo. Mi abuela que era católica y me decía que los santos despiden perfume a rosas desde sus cadáveres. Me detengo, abrazo a Mustafa, que huele horrible y me lame.